jueves, 28 de junio de 2018

Sueño en otro idioma

Últimamente he andado con ese sentimiento que nos dio a muchos mexicanos al inicio de todo el rollo anti-Trump de tratar de solo consumir mexicano, yo supongo que a la mayoría ya se le pasó pero a mí me llegó tarde y una de las cosas que hago para darle una oportunidad a lo hecho en nuestro país son las películas, en el cine me encontré con esta joya que rara vez está en las salas comerciales de nuestro país.

Esta película nos cuenta la historia de Martín, un lingüista que llega a un pueblo en medio de la selva para tratar de tener grabaciones de la casi extinta lengua zikril que se habla únicamente por dos personas y que para complicar las cosas, hace años que no se dirigen la palabra.

El zikril es una lengua inventada que tiene sus orígenes cuando una mujer pájaro se la enseña a un hombre para poder comunicarse con él y desde ese día los hombres pueden hablar con los animales. Hay una escena que me fascinó donde se adentran en la selva y comienzan a hablar zikril y pareciera como si los animales respondieran al llamado de la lengua. Me pareció mágico.

Sueño en otro idioma me gustó mucho porque le da protagonismo a grupos minoritarios que en las películas comunes siempre vemos relegados o simplemente ni aparecen. El primero de sus aciertos son sus actores: me FASCINA la diversidad que hay en el aspecto físico, entiéndase que no todos son modelos, y no tengo nada en contra de la gente hermosa, pero ver que no todos son perfectos es muy gratificante, uno se siente de algún modo identificado. De igual forma, el que se desarrolle en un pueblo en medio de la nada. Siempre vemos películas en la gran ciudad, con miles de lujos, con departamento perfectos, llevando una vida perfecta en un mundo perfecto, y eso a veces llega a cansar, así que conocer otras realidades siempre es bueno.

La historia es hasta cierto punto, predecible, aunque hay una que otra sorpresa escondida por ahí pero no quiero espoilear a nadie, pero la manera en que está contada es excelsa, el ritmo es muy bueno y te sacará varias risas de por medio. Así que créeme, sí se puede hacer cine mexicano de calidad en estos tiempos.